Me fumo tu silencio contigo.
Me fumo tu recuerdo contigo.
Nos fumamos la sed
la energía, el tiempo
caricias, besos, abrazos, miradas.
Me esfumo de tus sueños
me fumo el deseo
me fumo la nostalgia, el letargo
los trazos, los trozos
miles de sinónimos, antónimos
anonimos, conocidos
sin sentido, contigo.
Ecetera y ecetera.
Ceros a la derecha de tu izquierda
diez mil palabras,
consonantes, letras
vocales de tu boca
que suenan entre sueños
a la luz del alba
y despiertan al dormir la noche
donde escribo los versos mas tristes
porque hoy es un buen día para empezar denuevo
y mañana sera uno mejor para morir.
Contigo.
Manos voladas, ojos al aire.
Manos curiosas, ojos de nadie.
Manos perdidas pupilas disueltas.
Manos que añoran, manos traviesas.
Manos dispuestas son manos necias.
Manos en tu rostro, manos en tu boca.
Mis dedos se quedan cortos cuando te besan.
Cuando prueban lo que mis labios aun no han tocado
es un preludio a un futuro cercano
lo que siento a través de mis manos.
Egoístas, agnósticas, enigmáticas
que sirven al templo de tu cuerpo
que las llaman con telepatia
a estas manos sin sociego
que se desvían sin pensar
como perdidas en el aguacero
en un camino sin parar
en los bosques de tus cenos
en la laguna de tu ombligo
legumbre de liebres libres
imergibles como un libro
Intangibles como lo escrito
por mis manos
solo mis manos
y tus lindos ojos perdidos.
Descalza tus pies dormidos.
Bajan de la cama con un soplido.
Andan desnudos y sueltos.
Son mi anzuelo, yo soy su pez.
Dispuesta las vistes de sandalias doradas.
Tus suelas suelen caminar la arena
de la playa bajo el sol
lucidas, diluyes, disuelta
en cada paso desprendes vida
cuando sales de la puerta.
En la planta de tus pies
dorados, mestizos
soldados de trincheras inquietas.
La belleza de tus dedos
hermosos pies
nobles y serenos
pequeños y duraderos.
Lo recorrido hasta llegar a mi vera
lo venero, lo bendigo, lo describo
como lo mejor que han caminado la tierra.
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